Venas visibles en manos y brazos: ¿Cuándo deberías preocuparte?

Con el paso de los años es habitual que las venas de los brazos y manos se abulten debido a circunstancias normales, como el envejecimiento o la genética.  En la mayoría de casos, las venas visibles no suponen motivo de preocupación y no hay una enfermedad detrás que tratar, sino que más bien resultan un problema estético debido a su aspecto.

Sin embargo, las venas abultadas también podrían indicar problemas circulatorios, como trombosis venosa profunda o insuficiencia venosa crónica, así como causar molestias considerables que podrían ser signo de una enfermedad subyacente grave.

Si quieres saber cuándo deberías preocuparte por el abultamiento de estas venas, en Clínica Vasculine te damos toda la información al respecto.

Causas de la visibilidad de las venas

Existen diversos factores que pueden provocar que las venas de los brazos y manos sean más pronunciadas:

  • Grasa corporal: un nivel bajo de grasa corporal puede hacer que las venas sobresalgan más. Las personas muy delgadas o que suelen tener poco peso pueden tener los vasos sanguíneos «más hinchados» aunque no hagan ejercicio, por la acumulación de oxígeno en las venas o sangre.
  • Ejercicio intenso: las venas sobresalen más cuando estás en plena actividad física para volver a la normalidad en reposo. El ejercicio lleva mucha más sangre a los músculos y las venas devuelven esa sangre al corazón. Los deportistas tienen las venas más grandes que los no deportistas, y eso está bien.
  • Edad: a medida que envejecemos, la piel que cubre nuestros músculos y venas se vuelve más fina y hace que las venas de muchas partes de nuestro cuerpo sean más prominentes. También influye el tipo de pigmento de la piel. Si tu coloración es más transparente, permitirá que tus venas sean más visibles.

En cualquier caso, esta información es genérica y no puede suplir una visita con el especialista, sobre todo si observas llagas, coágulos o dolor.

Cuando preocuparse por las venas visibles

La visibilidad de las venas puede variar mucho de una persona a otra y en muchos casos es completamente normal. Si tienes la piel delgada, poca grasa corporal o eres muy activo físicamente, es probable que tus venas sean más visibles. Durante el ejercicio, el calor, o simplemente a medida que envejeces, es común que las venas se noten más debido a la mayor circulación sanguínea y cambios en la piel. Así que, si notas que tus venas son prominentes en estas situaciones, no tienes por qué preocuparte.

No obstante, hay momentos en los que deberías prestar más atención. Si de repente tus venas se vuelven muy visibles sin razón aparente, o si están acompañadas de dolor, hinchazón, cambios de color, o una textura anormal, es momento de considerar que podría haber algo más serio. Por ejemplo, venas que se vuelven rojizas o azul oscuro, aparecen úlceras o hinchazón persistente, esto podría indicar problemas circulatorios como  trombosis venosa profunda o insuficiencia venosa crónica. Además, si notas cambios en la piel, como decoloración o endurecimiento, también es una señal de alerta.

Si observas cualquiera de estos signos, lo mejor es consultar a un especialista para ayudarte a determinar si hay una condición subyacente que necesita tratamiento.

Medidas preventivas y tratamientos

Si bien las venas visiblemente abultadas en tus manos y brazos no requieren prevención, enfocarte en la salud vascular general puede ayudar a prevenir las venas varicosas o evitar que empeoren.

En cuanto a los tratamientos para el abultamiento de venas, existen diversas opciones para reducir su apariencia dependiendo de la gravedad del problema y de las preferencias del paciente.

  • La escleroterapia se utiliza para tratar venas varicosas y también puede aplicarse a las venas de las manos. Este procedimiento consiste en inyectar una sustancia química (esclerosante) en la vena que causa que se colapse y desaparezca gradualmente. La inyección es indolora y es totalmente ambulatoria.
  • La flebectomía ambulatoria es una opción de tratamiento que elimina las venas a través de pequeñas incisiones en la piel, a veces en un entorno de cirugía ambulatoria. Es un procedimiento más invasivo que la escleroterapia y suele dejar una pequeña cicatriz.
  • En algunos casos puede utilizarse el Láser Endovenoso en las venas de los brazos para cauterizar y sellar las venas afectadas. Consiste en la inserción de una delgada fibra láser en la vena afectada, guiada por ecografía, para cerrarla y redirigir el flujo sanguíneo hacia las venas sanas. Este tratamiento es menos invasivo que la cirugía, seguro y prácticamente no deja cicatrices.
  • La solución al problema estético consiste en rellenar con ácido hialurónico el dorso de la mano mediante una cánula para no producir hematomas. De esta manera se sustituye el volumen que antes proporcionaba la grasa proporcionando un aspecto más joven. Dependiendo del producto elegido, el resultado dura de 6 meses a un año. Pasado este tiempo, la sustancia de relleno se absorbe y habría que repetirlo de nuevo.

Conclusión

Por lo general, las venas visibles en los brazos y manos no suelen ser patológicas, pero sí visiblemente molestas. Los tratamientos anteriormente mencionados pueden mejorar significativamente su apariencia y aliviar cualquier síntoma asociado, pero es crucial que un especialista evalúe primero tu caso y determine el tratamiento más adecuado en función de tus necesidades. La atención temprana puede marcar una gran diferencia en tu salud y bienestar.

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