Las enfermedades vasculares pueden ser de diversos tipos, así como afectar de manera diferente a cada persona. Si las varices no son tratadas con antelación, en sus primeros grados, pueden originar complicaciones como las que veremos a continuación.
Hoy en Clínica Vasculine te contamos las afecciones vasculares que más se suelen dar y que más preocupan a nuestros pacientes.
¡Comencemos!
Complicación 1: Trombosis venosa profunda a causa de varices
La tromboflebitis es un proceso inflamatorio que hace que se forme un coágulo de sangre que bloquea una o más venas, por lo general en las piernas, aunque pueden formarse en otras partes del cuerpo. La vena afectada puede estar cerca de la superficie de la piel (Trombosis venosa superficial) o muy adentro de un músculo (trombosis venosa profunda).
Los factores de riesgo para la tromboflebitis abarcan una amplia gama de situaciones y condiciones. Algunos de ellos son: la inmovilidad prolongada, traumatismos, ciertos trastornos genéticos o cirugías recientes, especialmente las que implican las piernas o la pelvis.
Por otro lado, los síntomas más comunes asociados a la tromboflebitis son:
- Calor, sensibilidad y dolor en la zona afectada.
- Enrojecimiento e hinchazón.
- Pesadez y molestia general.
En el caso de la trombosis venosa profunda la principal preocupación la constituyen las complicaciones asociadas, como el desprendimiento del coágulo y su desplazamiento hasta los pulmones (embolia pulmonar), un infarto o un derrame.
Es recomendable identificar la tromboflebitis a tiempo para poder buscar el mejor tratamiento o remedio para combatirlo y aliviar los síntomas. Así como para prevenir la propagación del coágulo y reducir el riesgo de complicaciones.
Complicación 2: Varices y úlceras venosas
Las úlceras venosas se producen cuando la sangre se concentra en las venas de la parte inferior de las piernas. Su tamaño es variable y no suelen doler salvo si están infectadas.
Son las úlceras vasculares más frecuentes y una vez se desencadenan tienen a tener una evolución insidiosa, con dificultad para cicatrizar, gran afectación de la piel circundante y frecuentes recidivas.
Se pueden producir por tres causas diferentes: fallo de la bomba muscular, reflujo valvular, obstrucción al retorno venoso, o una combinación de ellas.
Las úlceras de este tipo suelen aparecer más a menudo en la cara interna del tercio inferior de la pantorrilla y sangran con facilidad. En este caso los factores de riesgo que más suelen afectar son:
- La edad y el sexo, ya que impactan más a las mujeres que a los hombres.
- Los antecedentes familiares.
- La obesidad.
- Los traumatismos también pueden propiciar la aparición de úlceras varicosas.
Este problema se puede prevenir y es importante tomar medidas preventivas, en especial aquellas personas que tienen predisposición a padecer dilataciones venosas.
Realizar un cuidado esmerado de los pies, mantener una limpieza extrema, asegurar una buena hidratación de la piel son algunos de los consejos que los dejamos para evitar que salgan este tipo de úlceras.
Complicación 3: Hemorragias
La varicorragia es una complicación de la insuficiencia venosa que se produce por la hemorragia producida por la ruptura de una vena varicosa. Está considerada la complicación más peligrosa en las varices y es frecuente que afecte a personas que durante años las han padecido.
Generalmente se produce en las venas dilatadas de la pierna y sobre todo del tobillo debido a que en las zonas declives la presión que se ejerce es mayor
La varicorragia puede producirse de forma espontánea, debido a un pequeño traumatismo o un rascado en la zona afectada. La formación de las varices puede darse siempre que aumente la presión sanguínea en el interior de las venas. Los periodos de gestación, el estreñimiento, la obesidad o el sobrepeso y el sedentarismo hacen que este factor se propicie en el organismo de una persona.
La sintomatología que puede presentar el paciente afectado es similar a la que aparece cuando se forman las varices: piernas pesadas, cansancio, edemas y sensación de hormigueo.
A medida que la sangre se acumula en las venas y la presión aumenta, la vena puede explotar. Podemos diferenciar dos tipos de rotura:
- Ruptura interna: marcada por hematomas. En algunos casos, la vena varicosa explota pero es posible que no se vea sangre.
- Ruptura externa: la vena rompe la piel y causa sangrado excesivo.
Realizar actividad física moderada, elevar las piernas cuando se esté en reposo, usar medias de compresión, evitar los roces y el agua caliente ayudarán a proteger las venas de posibles rupturas.
La rotura de una variz que causa hemorragia puede formar trombos pequeños que podrían llegar al pulmón si la vena afectada se encuentra muy dilatada, creando problemas de salud importantes. Cuando esto sucede, el paciente afectado debe actuar con calma y elevar la extremidad a 45 grados, así como aplicar compresión localizada sobre la zona de sangrado, pero nunca realizar un torniquete. Una vez que la situación esté controlada se debe acudir al especialista vascular para que pueda evaluar el estado de la rotura.
Complicación 4: Cambios en la piel
Las enfermedades vasculares pueden causar problemas en la piel, como pigmentación o trastornos cutáneos, a causa de picores y propiciar la aparición de úlceras venosas.
Los vasos sanguíneos dañados pueden causar desde un color rojizo en la piel hasta manchas oscuras o incluso cicatrices:
- Telangiectasias: finas líneas rojas o pequeñas arañas vasculares en el cutis.
- Rosácea: presencia de eritema (enrojecimiento), pápulas (bultos rojos) y pústulas (bultos con pus) en la piel, especialmente en personas de piel clara y de mediana edad.
- Dermatitis por estasis o eccema varicoso: enrojecimiento crónico de la piel de las piernas y tobillos por la acumulación de sangre en las venas.
Si se da algunos de los casos citados es importante no tomarlo a la ligera y que sean tratados desde el principio por un profesional experto en varices, ya que pueden desarrollar otras patologías o incluso úlceras.
Complicación 5: Síndrome de piernas inquietas
El Síndrome de la pierna inquieta, caracterizado por la fuerte necesidad de mover las piernas, se considera un trastorno del sueño porque a menudo es más severo por la noche mientras se está acostado en la cama.
Está generalmente acompañado por sensaciones molestas picazón intensa, espasmos involuntarios y pinchazos sobre la zona afectada del paciente, que aparecen o empeoran por la noche cuando se está en reposo. Algunos estudios identifican una correlación entre este síndrome y la insuficiencia venosa superficial, ya que esta puede provocar piernas inquietas y calambres nocturnos, presentando síntomas de pesadez, fatiga y dolor.
Los síntomas empeoran si la persona que las padece pasa muchas horas de pie o sentada a lo largo del día y se alivian parcial o temporalmente haciendo alguna actividad como caminar o también masajeando la pierna.
En la actualidad existen técnicas poco invasivas y seguras, sin anestesia ni cirugía, que pueden ayudarnos a aliviar los síntomas y a disfrutar del descanso. Se recomienda visitar al especialista vascular para que determine si la insuficiencia venosa es la causa principal de estos trastornos del sueño y controlar el problema existente sin que se convierta en un problema de mayores dimensiones.
Conclusión:
Si sufres de insuficiencia venosa es muy importante hacer una valoración y análisis del estado de tus varices para evitar cualquier tipo de complicaciones. Una valoración y tratamiento a tiempo te ahorrará dinero pero, sobre todo, te evitará futuros problemas relacionados con tu salud.
En Clínica Vasculine tratamos todo tipo de varices gracias a la experiencia y trayectoria de más de 20 años de nuestro equipo profesionales médicos especializados en cirugía vascular, lo que nos permite trabajar con técnicas sencillas, rápidas y eficaces que permiten la reincorporación inmediata del paciente a su rutina.
